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Arteria Coronaria Izquierda Anómala en el Paciente Adulto
Cerca de 10–15% de los pacientes no operados, con arteria coronaria izquierda anómala, permanecerán libres de síntomas cardiacos serios hasta la adolescencia o edad adulta. Esta ausencia de síntomas se debe al desarrollo de una arteria coronaria derecha grande y/o de vasos colaterales (vasos extra) que salen de la misma, y que suplen de sangre rica en oxígeno más de lo normal el músculo del lado izquierdo del corazón.
Sin embargo, la mayoría de estos pacientes desarrollarán eventualmente síntomas adversos, como palpitaciones, regurgitación (fuga) de la válvula mitral, dolor torácico con los esfuerzos, disnea (dificultad para respirar), un soplo cardiaco sistólico, o incluso muerte súbita. La presencia de una arteria coronaria izquierda anómala puede detectarse usualmente por un electrocardiograma (ECG), un ecocardiograma, una tomografía computarizada, si bien, la angiografía coronaria selectiva, en ocasiones, es necesaria para confirmar el diagnóstico.
Después del tratamiento quirúrgico, la función ventricular izquierda puede mejorar. El paciente debe de monitorizarse cuidadosamente por flujo sanguíneo coronario insuficiente (isquemia). Ocasionalmente, la insuficiencia mitral (fuga de la válvula mitral) persiste después de la cirugía. Esto, normalmente, mejora con el tiempo. Sin embargo, si la fuga es significativa, puede ser necesaria una reoperación.
Para los pacientes que fueron operados con el procedimiento de Takeuchi, pueden surgir complicaciones. A veces se desarrollan obstrucciones al flujo sanguíneo por encima de la válvula pulmonar o entre el túnel y su unión a la arteria coronaria izquierda. En otros casos, puede formarse una fístula (comunicación anormal) entre el túnel y la arteria pulmonar. Para corregir estas complicaciones, puede ser necesario reimplantar la coronaria izquierda o modificar el área del túnel.
Con frecuencia, las arterias coronarias que fueron reimplantadas en la infancia, se estrechan con el tiempo, por lo que hay que darles seguimiento de cerca.
(En casos muy raros, la arteria coronaria derecha es la que se origina de la arteria pulmonar, en vez de la izquierda. Este defecto usualmente, no se detecta hasta la adolescencia o edad adulta, cuando se presenta por dolor torácico con el ejercicio o el estrés.)
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